El Sistema Europeo de Información y Autorización de Viajes (ETIAS, por sus siglas en inglés) no es único en su especie, ni mucho menos. El nuevo requisito para viajar a Europa —que tendrán que cumplir de forma obligatoria, a partir de mediados de 2025, los viajeros de países con acuerdos de exención de visa con Schengen — se unirá a una cada vez más amplia lista de sistemas electrónicos para la autorización de viajes, presentes por diversos países del globo.

En este artículo trataremos de presentarte los más importantes.

ESTA (Estados Unidos de América)

ESTA (Electronic System for Travel Authorization) ha sido, sin duda alguna, el modelo bajo el que se formó la ETIAS de Schengen, ya desde la incubación de su idea por parte de la Comisión Europea en 2016. Este sistema, implementado por los EEUU a raíz de los atentados del 11-S como una medida para reforzar la seguridad de sus fronteras, guarda muchos de los rasgos que ahora presenta el ETIAS: un precio asequible, la facilidad de solicitarlo horas antes del viaje, la duración (dos años en este caso, por los tres del ETIAS) y el estar disponible solo para un grupo cerrado de países.

Ha sido a raíz de la implementación del ESTA en los Estados Unidos que se han ido creando el resto de sistemas electrónicos para la autorización de viajes.

ETA (Canadá)

Uno de esos sistemas que surgieron a rebufo del ESTA ha sido el eTA canadiense. El gobierno de Canadá, en un intento de poner en sintonía sus políticas migratorias y fronterizas con sus vecinos del sur, anunció en 2013 su intención de crear su propia Electronic Travel Authorization (eTA). El sistema comenzó a funcionar de forma obligatoria a partir de noviembre de 2016.

En cualquier caso, el caso canadiense arrastró más polémica que el de EEUU, en parte por el carácter más democrático del sistema político canadiense. Ya en 2013, la Oficina del Comisionado para la protección de la Privacidad de Canadá expresó sus preocupaciones con el eTA por sus “falta de transparencia” y por cómo los datos de los aplicantes iban a ser tratados. También, porque los arreglos para el eTA se hicieron a puerta cerrada, con representantes de los EEUU.

En cualquier caso, el sistema salió adelante y, hoy por hoy, es el medio que se debe utilizar para viajar a Canadá sin visado.

El caso australiano

Un estado que se adelantó a la creación del ESTA por parte de los Estados Unidos y lleva años utilizando su propio modelo es Australia. Además, cabe destacar que el país oceánico cuenta con dos tipos diferentes de programas para la autorización electrónica de viajes: eVisitor y ETA.

  • Del ETA se puede decir que es, quizás, uno de los primeros programas para la autorización electrónica de la historia. Su desarrollo comenzó en 1996, y se aplicaba a viajeros a Australia procedentes de los EEUU y de Singapur. Actualmente, el sistema incluye también a ciudadanos de Canadá, Brunei, Hong Kong, Japón, Corea del Sur, y Malasia.
  • Ya en 2008, el gobierno australiano introdujo el eVisitor, un sistema creado para los ciudadanos del espacio Schengen, Irlanda y Gran Bretaña.

NZETA Neozelandés

Uno de los últimos casos en sumarse al grupo de países con sistemas electrónicos para la autorización de viajes ha sido Nueva Zelanda. Desde octubre de 2019, el gobierno neozelandés obliga a cualquier viajero que forme parte de su programa de exención de visa a solicitar el NZeTA.

El NZeTA guarda unas características muy similares a cualquier otro sistema de los previamente comentados, aunque se diferencia en el precio. Y es que además de pagar el NZeTA —cuyo precio que oscila entre los 9 y 12 dólares neozelandeses—, también se debe abonar la “International Visitor Conservation and Tourism Levy”, una especie de tarifa para la conservación de la naturaleza. Vale 35 dólares neozelandeses.

Reino unido: En proceso

Un país que todavía no tiene preparado su programa de autorización electrónica para los viajes es el Reino Unido. El país británico planea comenzar a utilizar su propio sistema, conocido como ETA, a partir de finales de 2024. Se espera que el sistema sea muy similar a los de Australia, EEUU, Canadá o el espacio Schengen.

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