El 1 de mayo es un día festivo que se celebra en todas las comunidades autónomas de España. Es el tercero de los ocho días festivos que no pueden sustituirse a lo largo del año, después de la Epifanía del Señor, el 6 de enero, y el Viernes Santo, el 7 de abril. 

Un día lleno de retribución y que sirvió como piedra angular del movimiento obrero durante la época de la Revolución Industrial. Este día, que fue declarado festivo en 1889 por el Congreso Obrero Socialista de la Segunda Internacional, se considera el lugar de nacimiento de la jornada laboral de ocho horas que es práctica habitual hoy en día.

Los inicios de las celebraciones actuales

Un movimiento obrero de finales del siglo XIX en Estados Unidos y Europa dio origen a la celebración actual del Día de los Trabajadores.

El objetivo principal de este movimiento era luchar por la mejora de las condiciones de trabajo y por una semana laboral de ocho horas. En Estados Unidos, el 1 de mayo de 1886 se organizó una huelga general para exigir las reivindicaciones mencionadas. La protesta en Chicago condujo a una brutal respuesta policial que llegó a ser recordada como la Masacre de Haymarket Square. Durante este incidente, perdieron la vida tanto manifestantes como agentes de policía.

El 1ero de Mayo llegó a considerarse un hito importante en la lucha por los derechos de los trabajadores y, con el tiempo, se adoptó como día de recuerdo de las luchas de los trabajadores de todo el mundo. El Congreso Internacional de la Segunda Internacional se convocó en París en 1889, y en ese momento se decidió que el 1 de mayo se celebrara como Día Internacional de los Trabajadores.

A lo largo de su historia, el Día del Trabajador ha sido una jornada de reivindicación y protesta por los derechos de los trabajadores y de los miembros de la comunidad. Incluso en los tiempos modernos, sigue siendo un día festivo en España, y ese día se honra a los trabajadores por sus contribuciones al crecimiento y avance de la nación.

Es vísperas de una fecha tan reivindicativa, nos hemos preguntado: ¿cuál es la situación de la clase trabajadora inmigrante en España?

A continuación, hallazgos y consideraciones.

Mercado laboral español e inmigración

Es crucial recordar la dinámica del desarrollo económico de España para comprender las raíces del importante proceso de inmigración que se inició a principios de la década de 2000 y terminó en 2008. En aquel momento, España vivía un periodo excepcional de expansión económica, que se tradujo en la creación de 4,7 millones de nuevos empleos, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Sólo 2,2 millones de nuevos empleos fueron ocupados por personas autóctonas. Por tanto, fue necesaria la entrada de 2,5 millones de extranjeros en el mercado laboral español. Esto representó aproximadamente 5 de cada 10 nuevos puestos de trabajo.

[IMG] País de nacimiento de la población extranjera de España. Fuente: EPA (INE).

Fig. 1: País de nacimiento de la población extranjera en España en 2021. Fuente: Encuesta de Población Activa (INE).

Durante la fase expansiva de 2000-2007, aproximadamente la mitad del crecimiento del PIB se apoyó en el crecimiento de la población y, a su vez, el 82% del aumento de la población fue atribuible a la inmigración. Todo esto ocurrió durante el periodo de expansión de la economía.

Otro aspecto interesante para tener en cuenta es la obtención de la ciudadanía española.

La nacionalidad española es claramente un hito en términos de integración, pero también es un deseo que muchos inmigrantes quieren hacer realidad, iniciando los trámites tan pronto como reúnan las condiciones.

Si bien la población residente en España nacida en el extranjero representa el 18,18 % de la población total, hay comunidades autónomas en las que el porcentaje supera el 20 %: Illes Balears (27,65 %), Canarias (22,56 %), Catalunya (23,80 %), Madrid (23,80 %), Melilla (23,37 %) o Comunitat Valenciana (22,51 %). 

A 1 de enero de 2024, la cifra de población residente nacida en el extranjero era de 8 838 234, así como la población extranjera nacida en España residente en 503 548, lo que suma una población de origen inmigrante residente en España de 9 341 234, así como una población extranjera residente nacida en España de 503 548, lo que suma una población de origen inmigrante residente en España de 9 341 782, el 19,21 % de la población total, que era de 48 619 695 habitantes. Casi una de cada cinco personas residentes en España tenía orígenes inmigrantes. 

Los datos también nos dicen que se han mantenido importantes flujos de inmigración a lo largo del tiempo, incluso a pesar de las crisis económicas de los últimos años. ¿Por qué?

Según el informe del Observatorio Demográfico de la Universidad de San Pablo (CEU) titulado «La inmigración en el mercado laboral español», de julio de 2023, la principal justificación teórica de la inmigración laboral masiva, y concretamente el hecho de que más de 7,2 millones de personas nacidas en el extranjero hayan venido a vivir a España entre mayo de 1996 y abril de 2023, es cubrir las vacantes del mercado laboral con mano de obra extranjera. Esto ha permitido cubrir las carencias del mercado laboral español, carencias creadas por la tasa de natalidad persistentemente baja, lo que ha significado, entre otras cosas, que durante años se jubilen más personas de las que se incorporan al mercado laboral como jóvenes.

En nuestra opinión, hay dos factores muy importantes:

  • Una primera explicación quizás está en el hecho de que la migración es, en una parte importante, un proceso de movilidad con voluntad de permanencia, lo que significa que el retorno de los extranjeros a corto y medio plazo no siempre es un comportamiento rutinario. O sea, la migración tiene vocación de permanencia.
  • Por otra parte, la migración es fundamentalmente un fenómeno que implica el desplazamiento de familias, lo que requiere procesos continuos de reagrupación familiar. Las redes que se tejen gradualmente en los países de acogida crean una dinámica constante de reclutamiento de nuevos emigrantes, aunque la experiencia no sea a menudo del todo gratificante.

[IMG] Tiempo de residencia en España de la población extranjera

Fig 2: Tiempo de residencia en España de la población extranjera. Fuente: EPA (INE). Cuarto trimestre de 2021.

Importancia de la población extranjera en el mercado laboral español

Según las conclusiones del estudio mencionado, la contribución de la inmigración al mercado laboral español y a la economía en general es indiscutible. De hecho, la inmigración ha ayudado a cubrir algunas vacantes de empleo debido a la falta de españoles dispuestos a realizar trabajos mal remunerados, como el cuidado de niños pequeños o ancianos, o la recogida de basura. Sin embargo, la cuestión de cómo integrar mejor a los inmigrantes en la sociedad desde el punto de vista socioeconómico sigue sin resolverse. No obstante, aunque la mayoría de la población inmigrante trabaja en ocupaciones básicas y mal remuneradas, el 94 % dice sentirse bien acogido. Además, aunque la mayoría afirma tener un fuerte sentido de pertenencia, su estabilidad laboral y salarial sigue siendo baja.

Es importante tener en cuenta que no todos los extranjeros que han vivido en España lo han hecho durante el mismo tiempo. Por lo tanto, su contribución e impacto en el mercado laboral varía. La duración de la residencia es un factor determinante en su integración en el mercado laboral.

Esto no solo es cierto en lo que respecta a las renovaciones en el régimen general, sino también en lo que respecta a las oportunidades de regularización que ofrece el procedimiento de arraigo. Más de la mitad de los extranjeros (el 54 %), es decir, casi un tercio de ellos (el 32 %), llevan viviendo en España más de 13 años, de los cuales el 8 % lleva más de 24 años. En el otro extremo, el 6 % de los residentes no españoles lleva menos de un año en el país, y casi una cuarta parte (23 %) lleva menos de cuatro años.

Los no-europeos, que constituyen la gran mayoría de los extranjeros que han llegado a España en la última década, son mucho más propensos que los españoles y otros europeos a trabajar en ocupaciones menos cualificadas. Esto ocurre especialmente en la categoría de «ocupaciones elementales», en la que trabaja una gran proporción de latinoamericanos, africanos y asiáticos, y en la categoría de «servicios de restauración, personales, de seguridad y de ventas». Concretamente, la proporción de africanos empleados en «ocupaciones elementales» era del 40 % en el primer trimestre de 2023. Por otro lado, una proporción significativamente mayor de europeos occidentales que de españoles están empleados como gerentes y supervisores, y pocos de ellos están en «ocupaciones elementales». Además, entre los que pertenecen al grupo «Europa, excluida la UE y América del Norte», hay una mayor proporción de gerentes que entre los españoles nativos, lo que se debe principalmente a los ciudadanos británicos y estadounidenses nativos.

Según los resultados de la Encuesta sobre Población Activa (cuarto trimestre de 2021), la cantidad de personas nacidas fuera de España fue de 6,7 millones, es decir, el 14,3% del total. Si tenemos en cuenta sólo su nacionalidad, independientemente de dónde haya nacido o fuera criado, la cifra es menor (5,2 millones). Pero, la doble nacionalidad añade los 1,5 millones restantes.

Conclusión

En toda España, los inmigrantes, que en 2022 ocupaban el 16,5 % de todos los puestos de trabajo, ocupaban el 26,4 % de los empleos en el sector agrícola, el 11,6 % en la industria, el 24,8 % en la construcción y el 16,7 % en los servicios.

  • La inmensa mayoría de las mujeres extranjeras trabajan en el sector servicios, que también es el sector mayoritario para las españolas. La mayoría de los hombres extranjeros también trabajan en este sector, pero en menor proporción que los españoles. Independientemente de la nacionalidad, en 2022 las mujeres ocupaban el 54 % de los empleos en este sector.
  • Los extranjeros tienen una presencia relativa mucho mayor en la agricultura, donde, a su vez, la presencia femenina es minoritaria, ya que a nivel mundial solo el 23 % de las personas empleadas en este sector eran mujeres en 2022.
  • En la industria, donde el 72 % de los puestos de trabajo están ocupados por hombres, la presencia de inmigrantes es baja, tanto en términos relativos con respecto al número total de extranjeros como con respecto al de españoles.
  • En la construcción, donde hay muy pocas mujeres (solo el 9 % de los empleos en 2022), la presencia de extranjeros es muy grande, particularmente de europeos del este, latinoamericanos y africanos.

De todo esto podemos concluir sin lugar a dudas que la inmigración en España desempeña un papel significativo y creciente en el mercado laboral español porque:

  • La inmigración tiene un peso significativo y creciente entre la población activa (el 20 % de los empleos en el primer trimestre de 2023 estaban ocupados por inmigrantes), y especialmente en ciertos tipos de empleos y sectores de actividad, como la agricultura o la construcción.
  • En los últimos años, la gran mayoría del nuevo empleo neto ha sido ocupado por extranjeros, cerca del 100 % en el nuevo empleo privado.
  • España está gestionando muy mal sus flujos migratorios, dados sus niveles estructurales extremadamente altos de desempleo, tanto entre los españoles nativos como (aún más) entre los extranjeros, minimizados en las estadísticas oficiales. A pesar de ello, sigue llegando una inmigración masiva, que en los últimos años ha sido casi exclusivamente de fuera de la UE.

Según investigadores de la Universidad de San Pablo (CEU), España sufre un grave problema crónico de alto desempleo desde la transición, que solo se ha aliviado en años de gran expansión económica y ha alcanzado niveles muy altos durante las crisis. Desafortunadamente, los políticos y los medios de comunicación parecen haberse resignado a convivir con esta lacra o a restarle importancia, a pesar del sufrimiento de tantos millones de desempleados, que resulta muy costoso para los contribuyentes y para el equilibrio de las finanzas públicas, y por tanto para la economía en general, y que implica que haya mucha más oferta que demanda de ciertos tipos de empleo, lo que se traduce en una mayor competencia laboral para gran parte de la población y, ceteris paribus, salarios más bajos.

Por otro lado, la idea del invierno demográfico, definido como el proceso constante de envejecimiento y descenso del número población en edad laboral, frecuentemente está relacionada con el impacto de la población inmigrante en la economía del país de destino. Desde 2002, según el INE, el número de españoles en edad de trabajar nacidos en España ha descendido en más de 1 millón de personas, mientras que el número de españoles en edad laboral nacidos en el extranjero ha aumentado en 4,2 millones aproximadamente.

Si todos los extranjeros que trabajan actualmente en la economía española se fueran mañana, el número total de personas empleadas se reduciría a 16,9 millones, un 20 % por debajo de su máximo histórico. Además, si todas las vacantes fueran ocupadas por españoles que actualmente buscan trabajo, el número de personas empleadas seguiría cayendo por debajo de los 19,3 millones, casi un 10 % menos que su máximo histórico.

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